¿Dónde estamos hoy en innovación y emprendimiento social? Una visión ácida
TweetLlevo unas semanas dándole vueltas en cómo enfocar este post para que no sea tildado de propio de un aguafiestas, de un troll, de un “destroyer”, incluso de una persona que se resiste al cambio cuando el cambio ya es la única posibilidad.
Para ello he contrastado mi punto de vista sobre el presente de la innovación social y el empredimiento en España con 4 personas con criterio en este y en otros campos, sin que ninguno de ellos haya podido hacerme cambiar mis puntos de vista, que se resumen en los puntos siguientes:
- El discurso de la innovación social es corto. Con ello quiero decir que a pesar de que se han escrito ya varios libros sobre la materia, el discurso no deja de ser “ tenemos nuevos retos de largo alcance, que no se pueden resolver con los mismos modelos de pensamiento y acción que hasta ahora hemos utiulizado”. Vale muy bien, lo acepto, pero no veo más profundidad que ésta.
- La innovación social aún está en una fase de proyectos piloto. Cuando uno con la mejor intención de profundizar en cómo se aplica la innovación social, los bonos sociales, el payment for results, la gestión colaborativa, crowdfunding, etc. , encuentra desde hace 2 años los mismos 5 ejemplos, que son presentados como modelo en todos los foros posibles. Iriko Dennokin, la prisión de Perterborough y los bonos de impacto social y poca cosa más.
- La innovación social está funcionando con dinero público. A pesar de la creencia de que la innovación social está liderada el sector privado y/o no lucrativo, Ashokas, etc, cuando hay una cierta actividad organizada de innovación social es por que hay recursos públicos detrás. Y ello va desde la propia UE, los USA, hasta México, Andalucía y el País Vasco. Por cierto, tanto en los ayuntamentos de Madrid y Barcelona han aparecido nuevos cargos nobiliarios de Director de Innovación Social, programas y oficinas de Innovación social, sin que se sepa nada más en concreto. Cuando la prioridad es el recorte cuesta pensar en invertir en innovación social.
- Hay una falta de profundidad y de realidades, que está llevando a una aproximación limitada de la innovación soial, cuyo espacio pasa a estar ocupado sólo por el emprendimiento social, una parte del conjunto como vemos en el gráfico adjunto.
Un emprendimiento social que, por otra parte, con tonos bíblicos aspira a ser el principio del todo y rechaza todo la anterior como caduco. El problemas más grave es que la mayoría de los que van dictando doctrina aún no han creado ninguna empresa y viven del ecosistema que rodea a la innovación social gracias a los recursos del sector público y a alguna fundación privada. Frase de un político actual: “hay más expertos y consultores que viven de los emprendedores sociales que emprendedores”. - Aquí va la opinión de uno de estos expertos recogido en su blog: “Aunque me disgusta que ESADE y BBVA hayan creado un vehículo de financiación sin ánimo de lucro (S.L, 3M€, 7 participadas, 8 años, préstamos blandos en condiciones de mercado y fuera de mercado, sin garantías ni comisiones de apertura), pienso que es el más adecuado para la tipología de “empresas sociales” seleccionadas por el programa Momentum: empresas de impacto social limitado, de baja innovación y de bajo potencial de crecimiento. Todo ello sin despeinarse
- En resumen, el empredimiento social se parece bastante a un campo de fútbol en el que hay 100.000 personas gritando a favor del empredimiento social y escasamente 22 emprendedores sociales en el campo. Muchos de ellos son jugadores veteranos con más de 15 años de experiencia en empresas de inserción o centros especiales de empleo (caso de La Fageda o Teixidors), a los que ahora han bautizado como emprendedores sociales. Mucho público para poco partido.
- Una análisis frío de los 10 proyectos de empredimiento social de Momentum o del Programa de Emprenedoria Social de la Generalitat dan motivos serios para reflexionar sobre dónde estamos. La confusión es más que evidente.
- Muchos de estos proyectos no se sustentan con criterios de mercado y están recibiendo un apoyo público que permiten que subsistan, lo que es una contradicción en sus propios términos.
- Hay emprendedores sociales, hay dinero y se han creado vehículos para financiar su nacimiento y desarrollo, como lo hay para cualquier otro tipo de inciativa empresarial. Nadie quiere ver que el problema está en el lado de la demanda, también para los emprendedores sociales.
- Esta misma confusión ha llegado al los términos empresa social y empredimiento social. La empresa social en UK, que es donde nació, tiene como eje las cooperativas y nuevas formas de organización empresarial que hace ya 4 años dieron lugar a las Community Interest Companies y luego a las L3C. Entonces aún no se hablaba de emprendimiento social, como el nuevo mesías de nuestra sociedad capitalista.
- En resumen, creo que hay una cierta falta de realismo y exceso de expectativas en todo lo relacionado con la innovación social, junto con cierto mesianismo por parte de algunos de aquellos que se han erigido en sus promotores/propietarios conceptuales que les lleva a pedir públicamente y sin rubor alguno, una ley específica de emprendimiento social.
- La emergencia de la innovación social y el empredimiento social cada vez me remiten más a la evolución que hace ya unos 12 años tuvo la Responsabilidad Social Corporativa: mucho discurso, mucho boato, trabajo para especialistas en RSC, pero poca concreción, poca calidad, poca profundidad y detalle que le han llevado a la actual situación de crisis.
- Las buenas iniciativas deben promoverse y comunicarse adecuadamente: esto se está haciendo muy bien desde los actores de la innovación social. Pero la fuerte implicación de unas Escuelas de Negocios, con muchos problemas de credibilidad desde que estalló la recesión a que nos llevaron sus ex-alumnos y sus modelos de gestión basados en el apacalancamiento, y una buena estrategia de comunicación no son suficientes, por favor.
Muy interesante, coincido casi en su totalidad. Cada vez pienso más en la confusión que existe, en cómo se llama innvación social a muchas cuetiones que en los 80 ya existian y llamábamos desarrollo comunitario. O cómo se habla un nuevo paradigma empresarial al referise a empresas especiales de empleo (ojo, no quiero quitarles ninguna importancia, todo lo contrario). Cambiar de nombre a las cosas o disfrazarlas no es suficiente. Lo que hace falta es innovacion social real, si señor. Vamos a ver si lo potenciamos de verdad
Gracias May: De esto se trata, de potenciar la innovación social de verdad, sin eufemismos, ni subliteratura.
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